martes, 24 de noviembre de 2015

CLIMAS Y ECOSISTEMAS DE AUSTRALIA

Australia tiene un clima  varía ampliamente, aunque la mayor parte de Australia es desértico o semiárido – 40% del territorio está cubierto por médanos. Solo las esquinas sudestes y sudoestes tienen un clima templado y de suelos moderadamente fértiles. La parte norte del país tiene un clima tropical: parte es bosque lluvioso tropical, parte pastizales, y parte desiertos.
La lluvia es altamente variable, con frecuentes sequías, causadas, entre otros factores, en parte por la oscilación del sur El Niño. Ocasionalmente, tormentas de polvo cubren una región o eventualmente varios estados y hay reportes de ocasionalmente grandes tornados. Ascensos de los niveles de salinidad y de desertificación en algunas áreas están degradando el paisaje.

Temperaturas en el aire:

Las temperaturas del país tienen un máximo de 50 grados, mientras que las temperaturas mínimas alcanzan un bajo cero.

Los desiertos de Australia cubren una gran porción del territorio. Muchos de ellos están en el centro y el noroeste del país, siendo desértica su mayor parte o semiárida. El tamaño de sus desiertos combinados es de 2,3 millones de km², ocupando el 44% del continente. El promedio anual de lluvia es bajo, de 200 a 250 mm/año; las tormentas son relativamente comunes en la región, con una media de 15 - 20 por año. Las temperaturas diurnas veraniegas oscilan de 32 a 40 °C, y en invierno caen a de 18 a 23 °C. Nunca nieva en ningún desierto australiano.


En Australia la nieve puede caer en las montañas de Victoria, Territorio de la Capital Australiana, Nueva Gales del Sur y Tasmania. A veces nieva en las montañas de South Australia, mientras que en Western Australia y Queensland es muy raro que ocurra.



Flora y Fauna:

La fauna australiana agrupa una enorme variedad de animales únicos: el 83% de mamíferos, el 89% de reptiles, el 90% de peces e insectos y el 93% de anfibios que habitan el continente son endémicos del país. Este alto nivel de endemicidad puede ser atribuido al aislamiento del continente, a la estabilidad de sus placas tectónicas y al efecto de inusuales pautas de cambio climático, que afectan asimismo al suelo y a la flora, a lo largo del tiempo geológico. Una característica única de la fauna australiana es la relativa escasez de mamíferos placentados, en oposición a la abundancia de marsupiales, un grupo de mamíferos que completan su desarrollo embrionario en un marsupio. Estos marsupiales incluyen a los macrópodos, falageriformes y Dasyuromorphia (como el tilacino o lobo de Tasmania), los cuales ocupan un buen número de los nichos ecológicos explotados en otras partes del mundo por mamíferos placentados. Australia ha sido el territorio de dos de las cinco especies extintas conocidas de monotremas y de numerosas especies venenosas, como pueden ser el ornitorrinco, arañas, escorpiones, pulpos, medusas, peces globo y rayas. De hecho, Australia posee más especies de serpientes venenosas que inocuas, otra muestra más de su singularidad en este aspecto.

La flora australiana es la vegetación que habita en Australia, es decir, en el continente australiano, Tasmania y otras islas menores de alrededor. Es lo que se denomina como denominado reino floral de Australia. En total, comprende unas veinte mil plantas vasculares, catorce mil plantas no-vasculares, doscientas cincuenta mil especies de hongos y tres mil tipos de líquenes, por lo que se considera un país megadiverso. En el paisaje natural australiano contrastan las zonas interiores de climatología árida donde prevalecen matas de triodias y astreblas con las zonas costeras de clima templado y mediterráneo donde predominan los bosques de eucalipto y de acacias. En el extremo norte australiano —en la Tierra de Arnhem y el Cabo York, principalmente— existen pequeñas áreas de selvas tropicales, afectadas por los monzones.

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